miércoles, 4 de agosto de 2010

Despertar en tu olor

En helados versos de tu lectura
Mis palabras entrevén los funestos
Columbrar el interior,
Opaco en sus extremos,
De luz en fuegos lagrimales,
Se presencia como todo termina.

Solo quedan ecos de tus manos
Y primicias sin nada nuevo,
Donde los atajos y las sabanas
Se hacen tierra no prometida.

El desánimo me alienta
Es un aroma a noche-tras
Imposible de respirar.

El plomo en el aire pesa
Y mi levedad se ata los colores
(Nunca da un paso)
Enterrado en las incompletas
Prendo velas a la noche,
Recordando que entre sombras,
Si estabas,
El sol negro no era
Y el despertar en tu olor
Hacía un nuevo día.

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